“El cambio cultural de fondo que nuestra sociedad necesita debe forjarse desde las casas, desde la enseñanza que padres y madres entregan a sus hijos e hijas, como también en las aulas de escuelas y liceos, primeros espacios sociales donde los niños y niñas comparten actividades y se relacionan”, explica en el proyecto la diputada RN Erika Olivera.
Actualmente nuestro país vive un momento de cambio cultural profundo respecto al respeto que toda persona debe tener por los derechos de las mujeres: derechos tan importantes como su vida, integridad física, psíquica y libertad personal.
Es por ello que, motivada principalmente por la serie de casos de violencia contra la mujer que los últimos años han sido de público conocimiento y que “producen una gran conmoción y preocupación en la población”, la diputada RN Erika Olivera, envió un Proyecto de resolución, con el cual se solicita al Presidente de la República instruir al Ministerio de Educación la “formulación y/o adecuación de los contenidos del currículum nacional educacional con el fin de incorporar la perspectiva de equidad de género y prevención de violencia de género en todos los niveles educacionales”.
Hechos constitutivos de violencia de género, tales como femicidios y violencia intrafamiliar, son de constante ocurrencia en nuestro país. “Hoy que presentamos este proyecto de resolución, tuvieron lugar dos femicidios frustrados en Santiago. Ambos agresores intentaron quemar a sus parejas, en San Bernardo, un hombre intentó prenderle fuego a su pareja lanzando llamaradas con un aerosol, mientras que en Santiago Centro otro sujeto roció a su pareja con diluyente”, explica en el proyecto.
En este sentido, la diputada establece que los hechos descritos anteriormente plantean preguntas fundamentales: ¿a quienes estamos educando? ¿Qué valores estamos entregando?, ¿qué ejemplo hemos sido para los demás, para que tengamos a estos seres tan inhumanos entre nosotros, capaces de cometer aberraciones impensadas? “Son preguntas obvias de formular, porque la violencia hacia la mujer y los casos de femicidio, lejos de disminuir a través de los años, han aumentado en nuestro país y en todo el planeta, de manera preocupante”.
En Chile, el Centro de Estudios Estadísticos durante el último año registró casi 93 mil denuncias de violencia intrafamiliar donde la víctima era una mujer, un poco más de 6 mil casos respecto del 2018. Además, según un informe de la Cepal, en Latinoamérica fallecieron 3529 mujeres por razones de género, en el 2018.
En tanto, en Chile la cifra superó las 400 víctimas en la última década y en muchos de estos casos hubo antecedentes de violencia intrafamiliar. De 46 los femicidios ocurridos en 2019 en nuestro país, en 20 existían antecedentes de violencia intrafamiliar denunciados. Once de estos casos tuvieron una medida cautelar de alejamiento que, simplemente, no fue acatada por el femicida.
La violencia de género es, hoy por hoy, “un problema estructural de nuestra sociedad que debe ser abordado, ya no sólo desde la técnica punitiva del castigo al agresor, sino también desde la prevención, especialmente en la educación y formación de los niños, niñas y adolescentes de nuestro país”.
“El cambio cultural de fondo que nuestra sociedad necesita debe forjarse desde las casas, desde la enseñanza que padres y madres entregan a sus hijos e hijas, como también en las aulas de escuelas y liceos, primeros espacios sociales donde los niños y niñas comparten actividades y se relacionan. Debemos aspirar como sociedad al ideal de que las relaciones respetuosas entre hombres y mujeres que se generan desde la primera niñez, se repliquen plenamente cuando hombres y mujeres comienzan a relacionarse afectivamente”, finaliza.
Publicado originalmente en El Mostrador